RUTA PLAYA DE LAS CATEDRALES A RINLO. RUTA DE LAS CETÁREAS.RUTA RINLO A ILLA PLANCHA -RIBADEO-.
Una ruta para realizar desde nuestro apartamento Costa Reinante Spa es la que discurre por la carretera paralela al mar que va desde la Playa de Las Catedrales hasta lIla Pancha pasando por la población de Rinlo donde hacer un alto en el camino es casi obligatorio para degustar el famoso arroz con bogavante del Restaurante La Cofradía.
Comenzaremos haciendo una parada en la playa de Os Castros, Esta playa se caracteriza por la peculiar forma de acceder a la misma, ya que accede a través de un pequeño túnel excavado en las rocas, al que se accede por unas escaleras con una fuerte pendiente. Parece que te metes en un agujero hasta que, de repente, descubres el túnel de acceso a la playa.
La Playa de Os Castros es una de las mejores playas para bañarse o pasar el día, siempre teniendo en cuenta las mareas. Por tanto, hay que evitar las mareas altas ya que la playa queda prácticamente cubierta por el mar. En esta playa los niños podrán disfrutar de la fina arena así como de pequeñas charcas con poca profundidad donde chapotear sin ningún tipo de peligro.
Junto a esta playa encontramos la Playa de Illas a la que podemos acceder desde la playa de Los Castros con marea baja.
Unos metros más adelante nos vamos a encontrar con la primera de las cetáreas de Rinlo, la situada en Punta Corveira, esta cetárea aun conserva alguna de las edificaciones originales. Hay que tener especial cuidado con los niños ya que existen zonas que no están suficientemente protegidas. A unos 500 metros nos encontraremos con la segunda cetárea y unos metros mas adelante la tercera cetárea, la más próxima a Rinlo y junto al aparcamiento donde deberemos dejar nuestro coche para visitar la parroquia marinera de Rinlo.
Las cetáreas de Rinlo son probablemente de las primeras cetáreas naturales que se construyeron en España. La primera de las tres antiguas cetáreas se empezó a construir en el año 1904 , aprovechando un canal natural que fue abriendo el mar y la erosión entre las rocas, se construyeron unos muros de contención con el fin de poder retener embalsada el agua que entra con la marea a través de una compuerta, y al mismo tiempo los muros también sirven para evitar la entrada de las olas, formando unas grandes piscinas naturales.
En las cetáreas se criaban centollos, langostas y otros mariscos de excelente calidad hasta alcanzar un tamaño optimo de comercialización. También podemos encontrar cetáreas en Tapia de Casariego que dejaremos para otra excursión.
Vistas las cetáreas nos dispondremos a visitar el pequeño pero atractivo pueblo marinero de Rinlo en el que el mar se abre paso adentrándose hasta sus casas y calles, respirándose un ambiente de sabor a mar por todos sus rincones. El origen de Rinlo se remonta aproximadamente a unos quinientos años atrás con una importante tradición de pescadores o cazadores de ballenas que aun hoy en día conserva todo su encanto de pueblo de pescadores.
A la hora de comer disfrutaremos de la gastronomía de la zona y en especial del arroz con bogavante del Restaurante La Cofradía, en el que hay que reservar con tiempo suficiente ya que de lo contrario no encontraremos mesa. Si no encontramos mesa en el Restaurante la Cofradía, podemos intentarlo en los Restaurantes A Mirandilla o Porto de Rinlo.
Si aun disponemos de tiempo podemos acercarnos a Illa Plancha y desde allí por la costa hasta Ribadeo.
La Isla Pancha es un pequeño islote situado en la parte gallega de la desembocadura del río Eo. En nos encontramos con dos faros, uno de ellos de 1860, pintado de blanco y azul que configura junto con el verde del suelo y el azul del mar un escenario maravilloso. En primavera, cuando florecen la uñas de gato, buena parte del verde se torna lila y todavía resulta más espectacular. Al islote no se puede acceder, pero la zona dispone de una espectacular zona de recreo donde disfrutar del paisaje de la zona. En este espacio no se dispone de ningún bar pero si de zonas para descansar con mesas rústicas.
Podemos continuar nuestro itinerario hacia Ribadeo donde nos encontraremos con el Castillo de San Damián o Fuerte de San Damián. Es una construcción militar de principios del siglo XVII, debida al Marqués de Cerralbo y cuya finalidad era proteger a la villa de Ribadeo de los ataques por mar. En la actualidad alberga una sala de exposiciones municipal y se puede visitar. Se conservan bastante bien el muro exterior, las tronas, el foso y los contrafuertes. Merece la pena dar una vuelta por dentro, ya que las vistas son inmejorables. Por otra parte, a los niños les gusta mucho. Les impresiona estar en un “castillo”
Después pasaremos por el Parque de El Cargadero, En esta zona se ha reproducido lo que era un antiguo cargadero de mineral, al que debe su nombre.